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Idoia Olabarrieta, la rugbier que dio el salto al ‘Conquis’

Con una actitud que mueve montañas, Idoia Olabarrieta se echó a los brazos del rugby; un deporte que la arropó hasta que el destino, y las lesiones, forzaron un temprano adiós. Sin embargo, la vizcaína, continúa ligada al deporte de su vida aportando desde la preparación física de las y los jugadores de su club, el Getxo RT.

Foto: Anuar Gómez.

El rugby como forma de vida

Rugbier desde una temprana edad, Idoia explica que “empecé con 12 años, justo cuando pasaba de la escuela al instituto. Había hecho toda la vida multikirolak después de clase y claro, en el instituto ya no había”, a lo que la ex jugadora del Getxo añade: “mis padres me decían que tenía que hacer algo de deporte y el tío de uno de clase, que fue jugador en su día, me dijo a ver por qué no probaba a rugby”. Acompañada de una amiga, la vizcaína se adentró en un deporte que pasaría, sin ella saberlo, a ser una parte indispensable de su vida.

Cumpliendo el objetivo de representar a ‘su’ Getxo en el panorama internacional, las grandes actuaciones de Idoia la llevaron de la mano a la Selección Española, algo que la ex jugadora recuerda con alegría: “la verdad que eso lo tengo como un recuerdo muy bonito porque fue justo antes de retirarme. Aproximadamente empecé a ir a las concentraciones el último año o así. Yo siempre había soñado o tenía esa meta de siempre llegar a jugar al más alto nivel. Poder haber vivido un poquito de eso antes de dejarlo, para mí es muy importante”.

A pesar de su pasión y entrega por este deporte, las lesiones marcaron una importante etapa en la vida de Idoia: “estoy operada tres veces de la rodilla -de los cruzados-, y bueno, yo siempre he sido de ‘bah, te lesionas, te recuperas y sigues’, de hecho así ha sido las primeras veces”. En una muestra de valentía y actitud, la ex jugadora confiesa que: “yo no me planteaba el dejarlo ni con una lesión ni con dos. Siempre he imaginado que iba a jugar hasta los 40 a rugby porque cuando estaba en el equipo había dos chicas que tenían sobre esa edad y eran unas máquinas, y siempre me decía a mí misma: ‘yo quiero ser como ellas, yo aspiro a eso’”. Sin embargo, una tercera lesión obligó a Idoia a tomar una difícil decisión: “ya cuando te rompes una tercera vez te planteas las cosas de otra forma y piensas: ‘jo, esto me va a volver a pasar seguramente’. En ese momento ya tuve que pensar en frío, echar un poco el freno, y decidí dejarlo. Sé que si es por mí, habría vuelto a jugar” a lo que añade: “nunca piensas que con 23/24 años vas a tener que dejarlo, y encima siendo algo que es tan importante en tu día a día”. 

Haciendo que su cabeza dictase lo que su corazón contradecía, Idoia tomó la difícil decisión de echarse a un lado y decir adiós a un deporte que la había acompañado durante media vida: “la decisión no fue nada fácil, la verdad. Lo que más me ayudó fue ver que, después de esta lesión, no me sentía como después de las otras. El no sentirte bien en el campo al final te hace plantearte las cosas”. Pero la vizcaína confiesa: “volví a entrenar y todo después de la tercera operación, pero al final tenía un poco de miedo y la rodilla tampoco me la notaba como otras veces. Si el cuerpo te da señales de que hay algo que no está bien, te ayuda a decidir”.

Dos caminos obligados a entenderse

Aventurada en un nuevo proyecto, Idoia compagina su trabajo con una nueva experiencia en el mundo del oval: “me ha surgido esto hace poco, la verdad. Yo tengo mi trabajo en un gimnasio aquí en Algorta, el Kirolaba (www.kirolaba.com), que es un negocio que abrió mi hermano hace un añito más o menos, y ahora estamos los dos ahí mano a mano” a lo que añade: “estaban buscando a alguien que se encargase de la preparación física y demás y a mí al final me gusta esto, me gusta estar aquí metida. Es diferente a lo que hago en el gimnasio, entonces me han dado esta oportunidad que para mí es, a su vez, un reto porque nunca había hecho algo así”. Y la vizcaína sentencia: “creo que soy bastante privilegiada porque trabajo con mi hermano, trabajo a gusto, y luego a parte vengo aquí y estoy con mis amigas, con mis amigos, les entreno a ellos… es otra cosa que me encanta. No puedo pedir más”. 

Teniendo la oportunidad de seguir formando parte del equipo que la vio crecer, Idoia explica que: “el Getxo me lo ha dado todo. Desde amistades que tengo desde que empecé aquí con 12 / 13 años -que las mantengo y que son de las mejores que tengo-, hasta todo lo que me ha supuesto el rugby. Todo se lo debo al Getxo yo creo”. Pero la ex jugadora va más allá: “siempre me he sentido muy a gusto, la gente es muy cercana. Hay mucho apoyo por parte del club, tanto cuando han habido lesiones, como cuando he estado convocada en alguna concentración y tal”. 

Un nuevo Getxo

Mostrándose feliz por la fructífera participación en la División de Honor ‘B’ de ‘sus’ chicas, Idoia entiende que: “están dando la sorpresa porque, después de llevar unos años duros, al final el equipo está resurgiendo con mucha gente nueva. Hemos pasado ya el ciclo, digamos, de renovar gente y tal y la verdad es que está funcionando muy bien” a lo que añade: “Yo creo que también, en parte, se lo tenemos que agradecer mucho a Aitor, que está haciendo un trabajo muy bueno y está manteniendo al equipo muy motivado. Cuando las cosas se hacen bien, pues se ve que se puede. Y yo pues súper contenta de justo este año poder echar una mano aquí”. 

Analizando el papel del nuevo técnico, la ex jugadora explica que: “desde el inicio yo creo que todo el equipo notaba que era el entrenador que necesitaba el equipo. Alguien serio a la hora de trabajar, pero también muy cercano con las jugadoras -tanto en lo personal, como en lo que al deporte se refiere-”. Pero Idoia va más allá: “está súper comprometido y se le nota que tiene muchas ganas de luchar por el equipo, y que se lo curra. Entonces, cuando eso pasa, pues la gente también luego responde en el campo y se lo curra”.

Foto: Anuar Gómez.

El ‘Conquis’, una experiencia única

Tomando la decisión de escribir un nuevo capítulo en su vida deportiva, Idoia se embarcó en una aventura única en el mundo: “la verdad es que lo del conquis siempre lo había tenido en la cabeza pero nunca como algo fijo. Entre las lesiones, una cosa y otra, no encontraba el momento para ir, y fue justo ahí que me pilló ese año que no estaba lesionada, había terminado la Uni, no tenía ningún compromiso grande, y sin pensármelo mucho dije: ‘pues me voy a presentar’”. A sabiendas de la dureza del concurso, la vizcaína afirma que: “es verdad que andaba pendiente de las lesiones porque además de las rodillas tengo un hombro también tocado y me preparé bastante. Mi cabeza siempre estaba pensando en ‘mi rodilla, mi hombro, que no me pase nada’. Me preparé, me puse bien y fui muy segura”. 

Llevando ‘la bandera’ del rugby y representando sus valores, Idoia entiende que: “creo que el rugby y otros ciertos deportes te hacen más dura y te hacen enfrentarte a situaciones de forma diferente”. Y la vizcaína explica: “fue una experiencia que me dio mucho, ahora lo vivo como una experiencia bonita pero en su momento para mi fue una motivación. Justo me pilló cuando había decidido dejar el rugby y estaba un poco perdida. Yo sigo entrenando y hago mis cosas y tal, pero cuando no tienes un objetivo al final no es lo mismo”. Pero Idoia va más allá: “el conquis me dio un objetivo y una motivación súper grande. Entrenaba muchísimo y al final para los que somos deportistas y estamos acostumbrados a eso, pues tener un objetivo así da vida”.

Sin saber a ciencia cierta cuál será el próximo reto de Idoia, tan solo el tiempo podrá decir si volveremos a disfrutar, y a verla disfrutar, en los terrenos de juego con la elástica de un equipo que no la olvida.

Anuar Gómez.

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