Afaesetiti Amosa, la promesa del ‘basurde’
Hay historias que cuentan una vida, y hay vidas que hacen historia. Este último es el caso de Afaesetiti ‘Afa’ Amosa (Samoa, 11 de octubre de 1990). Un talento forjado en los hornos australianos que dio el salto a Europa de la mano de un Gernika Rugby en el que escribió algunas de las páginas más doradas de la historia reciente del rugby español.

La llamada que cambió su vida
Con la misma emoción que aquel día, Afa Amosa recuerda cómo se fraguó su llegada al XV de la Villa foral: “le debo mucho de mi rugby al Gernika. Fueron ellos los que me dieron una oportunidad cuando nadie quería hacerlo en Australia. Decían que no era lo suficientemente bueno, y realmente la llamada del Gernika me llegó de la nada”, a lo que añade: “estaba trabajando y recibí una llamada diciendo: ‘hey, quieres ir a jugar a Gernika?’, y yo no sabía dónde estaba ese sitio, no sabía ni que en España se jugaba a rugby, pero pensé que si ellos me daban la oportunidad de ir a jugar a Europa, lo aceptaría sin dudarlo”.
Dejándolo todo atrás, Afa se embarcó en su primera aventura lejos de su país para comenzar a labrar su leyenda. Echando la vista atrás, el jugador del Bayona explica que “todo esto era algo nuevo para mi. Recuerdo que al bajar del avión me estaba esperando Marcos, el manager del equipo. Cuando salimos hacia Gernika y vi Bilbao pensé: ‘bueno, no está nada mal, nada mal’. Cuando vi que seguíamos a través de las montañas me quedé pensando: ‘dónde está este sitio?’. Al llegar a Gernika Marcos me dijo que ese pueblo sería mi nueva casa. Fue algo totalmente nuevo para mi, que venía de vivir en una ciudad como Melbourne, pero fue una gran experiencia”.
Un equipo para la historia
“Fue una locura”, así describe Afa el plantel confeccionado por un Gernika que aspiraba a grabar su nombre en la historia del rugby español. “No me esperaba tener un equipo tan bueno como el que tuvimos, pero cuando me encontré con jugadores como Declan, Winston, Matías… Después me encontré con los jugadores vascos del equipo, con David, Maguna… todo el mundo hablaba de los grandes fichajes que había hecho el club, pero había jugadores locales de gran calidad también”.
El dominio inapelable de los ‘basurdes’ en la competición doméstica, con un Gernika subido en la cresta de la ola, llevó al XV de la villa foral a firmar un hito histórico para el rugby español firmando dos victorias en competición europea. “Fue una experiencia increíble. Yo no sabía de la magnitud de esas dos victorias, no sabía la historia de los equipos españoles en la competición europea” a lo que añade: “cuando ganamos el segundo partido en Italia ante el Rovigo, todo el mundo empezó a celebrarlo y yo me quedé como: ‘qué está pasando aquí?’. Fue entonces cuando me dijeron que aquella era la primera vez en la que un equipo español firmaba dos victorias. Pensé que era genial formar parte de aquello, pero a su vez mi cabeza estaba en la liga doméstica, quería ganar la liga en España. Cuando empiezo algo me gusta terminarlo”.
“Yo creo que todo el mundo sabe que podríamos haberlo ganado todo en España”, sentencia Afa. La eliminación de la Amlin Cup supuso un punto de inflexión para la plantilla gernikesa. Muchos de los jugadores que confeccionaban aquel perfecto engranaje buscaron su suerte lejos de la villa foral. Amosa, sin embargo, decidió quedarse hasta el final. “Hay una naturaleza en mi que hace que siempre quiera ganar. Quería ganar por Gernika, por el pueblo, por el equipo y por Edu, al que llamo mi familia, le considero un hermano. Quería hacerlo por él, por todos. Mi intención era ganar para que la gente de Gernika estuviera orgullosa”.
El ‘salto’ a Francia
El gran año de Afa no pasó desapercibido. Los cantos de sirena desde Francia se personificaron en una oferta del US Colomiers, que se hizo con los servicios de un talentoso joven. Amosa explica que: “fue un gran salto, pero ya había tenido contacto con el rugby profesional con las academias de los Melbourne Revels y Brumbies allá en Australia”. Sin embargo, el internacional por Samoa entiende que: “venir a Francia fue un nivel distinto. Mi nivel de rugby tuvo que cambiar, pero aún era joven y siempre estoy contento de trabajar duro”.
Quemando fases a una velocidad vertiginosa, Afa recibió la llamada de Manu Samoa: “cuando estaba en Colomiers me llamaron desde la selección de Manu Samoa y me preguntaron si quería jugar para ellos. En aquel momento rechacé la primera oferta porque no quería dar el salto al panorama del rugby internacional desde la ProD2. No quería llegar allí y ver que mi nivel no era aquel”. A lo que añade: “esperé, firmé por La Rochelle en Top 14, pero no me llamaron de vuelta. Al final, tras una gran temporada jugando para Bordeaux, me llamaron para la Copa del Mundo”.
La primera participación de Amosa en el mundial fue marcada por una dura lesión en el partido ante Rusia. A pesar de la dureza de aquel momento, Afa explica que: “siempre se puede mirar a lo negativo, pero también se puede mirar lo positivo. Como me digo a mi mismo… aún tengo un 100% de récord en el mundial. He jugado un partido, he metido un ensayo y ganamos”.
Con una nueva Copa del Mundo a la vuelta de la esquina, el internacional afirma que: “sigo en contacto con el seleccionador nacional y me dice que tengo muchas posibilidades de llegar. Sería bonito porque es aquí en Francia, conozco el sitio, el idioma…” pero Afa va más allá: “sería algo muy bonito para mi hijo, que tendrá 3 años para cuando llegue el mundial. Hace poco que me vio jugar por primera vez, por las restricciones del Covid. Yo estaba sentado en el banquillo y podía escuchar a alguien gritando desde la grada: ‘papa, papa’. Miré hacia arriba y vi que estaba ahí, sonriéndome. Eso es algo enorme, tener ‘tu sangre’ en el estadio es indescriptible”.
Objetivo: volver a Top 14
Un descenso cruel. Al Bayona le tocó vivir la cara más amarga de la moneda en su enfrentamiento ante el Biarritz. Un derbi con un billete para el Top 14 en juego. Viviendo aquel momento en sus carnes, Afa explica que “en aquel partido jugamos la primera prórroga, después la segunda, y las cosas seguían igual. Ahí me quedé pensando ‘y qué pasa ahora?’. Ver que el partido tenía que decidirse con tiros a palos… creo que perder así fue lo más duro” a lo que añade: “cualquiera podría haber fallado esa patada. Si me preguntan hubiera preferido perder el partido sabiendo que nos habían superado, más que perderlo viendo como entraba esa última patada. Sólo puedes ver la pelota entrar”. A pesar de la rivalidad entre ambos clubes, Amosa recibió el apoyo de sus ‘vecinos’ de Biarritz: “cuando entró la patada vi a la afición enloquecer. Todo el mundo saltó al campo, pero fueron muy respetuosos. Estaban contentos de haber ganado, pero eran muchos los que se paraban a darte la mano y a animarte”. Y Afa sentencia: “alguien tenía que ganar, no podíamos quedarnos los dos con la plaza de Top 14. Fue duro, pero también fue bonito ver el apoyo de la gente”.
Todo nuevo día es una nueva oportunidad. Así lo ve Afa Amosa: “tras el descenso le dije a mi mujer que a lo mejor esta era mi oportunidad de ganar algo en mi carrera profesional. Estuve cerca de hacerlo con La Rochelle, pero perdimos a un paso de la final contra el Toulon. Quizá este año en ProD2 sea una buena opción para poner mi nombre junto a algo”.

La promesa que lo cambió todo
El motor que ha llevado a Afa Amosa a lo más alto tiene como combustible una promesa que el internacional samoano hizo a su padre a una temprana edad: “tenía 5 o 6 años y le prometí a mi padre que algún día jugaría para Australia y que les compraría una casa. A medida que fui creciendo mi padre empezó a dudar, pero le dije que con paciencia y trabajo todo llega. Esto es como el buen vino, se necesita tiempo”, a lo que añade: “con el paso de los años llegué a Top 14, y recibí la llamada para ir a la Copa del Mundo. Uno de los momentos más emotivos fue cuando, después de 8 años, volví a jugar delante de mis padres en un partido internacional contra Australia. No llegué a jugar para Australia, pero he jugado para Manu Samoa en frente de un estadio hasta la bandera, en Australia, y mis padres estaban allí. Al terminar el partido me acerqué a mis padres, levanté mis manos, y les dije: ‘lo hemos hecho’. Mi padre estaba llorando, mi madre también y les dije: ‘os lo prometí, cuando prometo algo, lo prometo de verdad’. Ah, y también les compré la casa”.
Valorando lo que el rugby le ha dado, Amosa explica que “el rugby me lo ha dado todo. Me ha dado a mi mujer, a mi hijo, me ha dado estabilidad para mi y para mi familia. Mi mujer también juega a rugby y la conocí en La Rochelle. Diría que el rugby es un pilar en nuestras vidas. Creo que le debo mucho al rugby”.
Una vida ligada a un deporte, y un deporte ligado a una vida. Afa Amosa, el ‘basurde’ que saltó a Francia seguirá aportando desde su experiencia a un Bayona con el que espera firmar el regreso a la máxima categoría del rugby francés. Desde Up & Under Spain estaremos muy atentos, y le deseamos todo lo mejor para la nueva temporada.
Anuar Gómez.
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