Saltar al contenido

‘El profe’ Barandiarán, a los mandos del Universitario Bilbao

Pasión, entrega y trabajo. Tres adjetivos que casan a la perfección con Mario Barandiarán. Y es que el argentino supura rugby por los cuatro costados. Un estudioso, una institución del deporte oval que, con un extenso currículum a sus espaldas, aterriza en Bilbao para tomar las riendas del club de la villa vizcaína. 

Mario Barandiarán // Foto: Anuar Gómez.

Amor a primera vista

La vida de Mario Barandiarán se ha visto ligada a un balón ovalado desde la temprana edad de 6 años. Según confiesa Mario, el idilio con el deporte de su vida arrancó por una ‘casualidad’: “mi padre trabajaba en un frigorífico en la ciudad de La Plata. El dueño de ese frigorífico era uno de los socios fundadores de La Plata Rugby Club, y yo tengo un hermano que es 7 años más grande que yo. Cuando este señor se enteró que mi papá tenía un hijo de 12-13 años, se lo llevó para que jugara”. A lo que añade: “al poco tiempo que mi hermano jugara me arrastró a mi. Fue como “mi hermano me llevó, mi padre me alentó” a que jugara y bueno… Mi historia en La Plata Rugby comienza en el año 1964, cuando yo tenía 6 años, o 7 años y bueno… acá estamos”. 

A pesar de que el destino le puso en un ‘brete’, en ese limbo entre el fútbol y el rugby, el argentino lo tuvo claro: “si bien yo soy profe de educación física y puedo decir que me gustan todos los deportes, jamás practiqué otro deporte que no sea este. Bueno, sí, en algún momento jugué al fútbol y al rugby al mismo tiempo hasta que me dijeron que tenía que elegir una de las dos cosas. El entrenador de fútbol me dijo que tenía que elegir uno de los dos deportes. Yo pensé ‘perfecto, lo tengo bien claro’. Me dijo: ‘bueno, venís mañana’ y le dije: ‘no, voy a jugar al rugby’. El fútbol me apasiona jugarlo, me gusta jugarlo, pero es otra historia, es otra cosa”. 

Fue precisamente en su etapa como jugador en La Plata Rugby Club, en la que Mario vivió uno de los capítulos más oscuros que se recuerdan en el rugby mundial. En una Argentina inmersa en plena dictadura, la figura del club que alzó la voz en contra del golpe de estado, así como del teniente Videla, fue sacudida sumando 20 desapariciones hasta la fecha. “Fue un tema duro, triste. El club La Plata tiene el triste récord de ser la institución deportiva que más jugadores desaparecidos tiene en la República Argentina. Jugadores muertos y desaparecidos… el número hoy es 20, en su momento eran 17, pero bueno… A medida de que se van conociendo historias, aparecieron tres personas más que habían jugado en el club y que están muertas o desaparecidas”, sentencia Mario. Viviendo en sus carnes el horror de la dictadura, Barandiarán recuerda aquel capítulo del que le tocó ser testigo: “fue una etapa complicada porque en definitiva fue un tiempo complicado para el país, algunas ciudades sufrieron más que otras. La ciudad de La Plata sufrió muchísimo todo lo que era el tema de desapariciones. La represión ilegal por el estado, el genocidio que se generó en nuestro país. La generación de mi hermano lo sufrió muchísimo, nosotros teníamos 16-17 años en ese momento por lo que vivimos los últimos coletazos. Fueron muchos los chicos que militaban políticamente y bueno… como que eso era un pecado, ¿no? Entonces bueno, fueron presos, fueron exiliados, o fueron muertos o fueron desaparecidos”. Pero Barandiarán va más allá: “es injusto, ¿no? Porque en definitiva vos decís bueno, fantástico. Vamos a ponerle que los chicos se equivocaron en su metodología de trabajo. Nada, nada lleva a que alguien tome las medidas que ha tomado en ese momento de la dictadura”. Lejos de la barbarie y la represión a la que fue sometido el pueblo argentino, Mario subraya que “desgraciadamente, lo más feo de todo es que durante mucho tiempo todo esto se tapó. Por lo general la gente decía que ‘bueno, ya pasó’ o ‘bueno, miremos para adelante’, y yo creo que es un error. Por suerte, ya desde hace unos cuantos años como que la cosa está instalada nuevamente y como que la situación de memoria, verdad y justicia es un lema que lo tenemos que tener bien presente siempre, ¿no? Para que las generaciones próximas no permitan que vuelva a suceder… que el “nunca más” sea un hecho”.

Haciendo eco de la vital importancia que el rugby tuvo en un momento tan crítico, el hoy preparador del Universitario Bilbao recalca que: “para nosotros también de alguna manera el club era un lugar donde nos podíamos resguardar. Si bien el club no era un lugar totalmente seguro porque sabíamos nosotros que estábamos en la mira de alguien, cierto es que el hecho de practicar un deporte siempre te ayuda, por lo menos, a sacar un poco la bronca. Además, creo que también existe la pasión por el deporte. En mi caso concretamente por el rugby y eso es algo que no nos podían quitar”. 

El paso al frente del rugby argentino

El crecimiento del rugby argentino fue paralelo al crecimiento personal de un Mario que grabó su nombre en la historia del rugby de su país. Tomando las riendas de la dirección de rugby de la Unión de Rugby de Buenos Aires desde 1998 hasta el 2017, Barandiarán fue testigo directo de la evolución rugbística argentina: “fue una etapa hermosa de mi vida, la verdad es que no me puedo quejar de lo que me pasó a mí en el rugby. En la Unión de Buenos Aires hasta un año antes de que yo me fuera, la verdad es que se trabajó con una comodidad increíble. Era muy lindo trabajar ahí, habíamos formado un equipo de trabajo maravilloso con gente maravillosa”. A lo que añade: “hicimos un trabajo de difusión del rugby, de capacitación de entrenadores, de desarrollo de jugadores… Fue un cambio cultural muy lindo que hicimos en la Unión de Buenos Aires. Fue una etapa maravillosa que vino como consecuencia del trabajo muy lindo y muy serio que hicimos en La Plata Rugby. Digamos que una cosa me llevó a la otra”. 

Pero la labor de Mario en la URBA traspasó los límites de la dirección de rugby, llegando a hacerse cargo del seleccionado mayor. Y es que el hoy técnico del Uni Bilbao dirigió al combinado provincial en choques de auténtico nivel: “nos tocó una época en la cual el rugby todavía tenía esa historia de que venían los equipos, los seleccionados fuertes, entonces siempre venían con un número importante de jugadores. Los fines de semana jugaban contra el seleccionado nacional, contra los Pumas, y entre la semana jugaban con los seleccionados provinciales” y explica: “la Unión de Rugby de Buenos Aires tiene la característica de que tenía, cuando nosotros estábamos, el 50% de los jugadores, luego creció el interior y hoy está en el 42-43%. Yo te diría que el seleccionado de Buenos Aires era un seleccionado en el que casi todo eran los Pumas. La mayoría de los jugadores eran de los Pumas, y si no eran los Pumas, eran suplentes de, por lo tanto tenía un equipo muy poderoso”. Tal era el poderío del combinado provincial que Barandiarán recuerda con alegría alguno de los importantes triunfos ante combinados de un reconocido nivel mundial: “fue un equipo que le ganó a Francia dos veces, le ganó a Inglaterra, le ganó a Gales, perdió por muy poco con Australia, le ganó a Sudáfrica en el año ‘94 cuando todavía los Pumas no le habían ganado a Sudáfrica, Buenos Aires le había ganado en la cancha del Ferro… Era un equipo muy poderoso, muy muy poderoso. Entonces, como vos jugabas contra los segundos equipos de ellos, digamos que era una situación linda de competencia, y además, para los que estábamos en ese momento a cargo de la situación deportiva, generaba una expectativa. Es algo que ayuda a mejorar muchísimo a los jugadores”. Echando la vista atrás, Barandiarán relata que “era gracioso porque era una época en la que por ahí los Pumas perdían con Francia o perdían con Inglaterra, y Buenos Aires le ganaba. No eran los mismos rivales, pero entonces decías ‘bueno, qué quiere decir, que Buenos Aires es mejor que los Pumas?’ No, no quiere decir eso… nada que ver… pero en el fondo te daba cierto orgullo. También es cierto que  los Pumas es tu seleccionado y siempre quieres verlos ganar, pero bueno… era una de esas internas que existen en los países y en las uniones deportivas”. Ese crecimiento progresivo de un deporte que cotizaba al alza supuso un paso al frente para el rugby argentino: “fue una época de oro de la Unión de Buenos Aires. Desde el año ‘95, hasta el año 2000, o 2000 y algo en el cual, ya con el tema del profesionalismo, muchos jugadores se fueron del país. Otra cosa importantísima fue que creció el rugby del interior de la Argentina: Creció Tucumán, creció Córdoba, creció Rosario, creció Mendoza, creció Mar del Plata… que todas esas uniones crezcan hicieron que la competencia fuera mejor y más pareja. Entonces el patrimonio de las victorias no era exclusivo de Buenos Aires, sino que por suerte, se generalizó en las distintas uniones. Eso permite que hoy el seleccionado nacional tenga un montón de jugadores de todo el país”.

El Mundial de Francia 2007

Queriendo alejarse del foco mediático, y restando importancia a su papel en el combinado nacional argentino que logró el hito histórico de clasificar en tercera posición en la Copa del Mundo, Mario pasa revista a aquel momento que quedó grabado en la memoria de los rugbiers argentinos. “Yo era asistente del entrenador, el entrenador era Marcelo Loffreda. Yo era uno de los asistentes que estábamos dentro del staff técnico de los Pumas. Fue también un proceso lindo, fue un proceso distinto al actual porque los jugadores no los teníamos nosotros” comenta. El profesionalismo del rugby del país llevó a muchos de los jugadores a dar el salto a Europa, por lo que la confección de las convocatorias y de la preparación suponía un reto absoluto: “la mayoría de jugadores estaban en Europa, entonces para nosotros era un desafío enorme porque si teníamos que jugar una ventana, nosotros recibíamos los jugadores el lunes previo al test match. Después nos tocaba entrenar el lunes, martes, miércoles, jueves y algo el viernes para jugar el sábado un partido. El equipo iba mejorando después del segundo partido. Ya el último partido el equipo jugaba mejor, pero porque solo entrenábamos juntos esas semanas”. Sin embargo, Barandiarán explica que “la única vez que tuvimos a los jugadores mucho tiempo fue previo al Mundial. El Mundial fue en septiembre y nosotros empezamos a trabajar con los jugadores en julio. Aquel era un equipo el cual tenía a unos jugadores espectaculares. Vos veías a esos jugadores y decías: ‘no te puede ir mal, jamás’. El gran mérito de todo lo que pasó en el Mundial 2007, al margen de que uno puede ser, de que Marcelo era un gran entrenador… El gran mérito era de los jugadores. Jugadores como Corleto, Hernández, Pichot, los hermanos Fernández Lobbe, Ledesma, Roncero, buf… eran unos jugadores impresionantes. Muchos de ellos continuaron después del Mundial de 2007”. 

Un cambio de aires

Tras acariciar la gloria en el Mundial, y agrandar su nombre en el mundo del oval, Mario Barandiarán decidió hacer las maletas y mirar a España como nuevo alto en el camino. El preparador relata que “se dieron algunas circunstancias particulares para mi llegada. La primera es que en su momento el VRAC ya me había tentado en el año 2012 para venir a entrenar acá al equipo y yo en ese momento, al margen del trabajo que tenía, entrenaba a la primera de mi club. Les dije que no porque tenía que dejar mi club y no quería. Vos sabés que allá los entrenadores somos amateurs en Argentina, la mayoría. Por lo que no era un problema laboral, sino un problema de compromiso con mi club”. A lo que añade: “en el año 2016 la relación con la directiva de la dirigencia de la URBA empezamos a tener algunas diferencias ideológicas, por hablarlo de alguna manera, en el sentido de que ellos apostaban más al rugby de alto rendimiento y nosotros seguíamos apostando al desarrollo del rugby base. Llegó el momento en el que la situación ellos mismos la tensaron tanto que tuvimos que acordar una salida. Previo a eso, yo había tenido una experiencia de seis meses en el VRAC, cuando todo este proceso empezó a ir y piensas ‘esto huele mal’”. Tras una situación en la URBA que el propio Mario describe como ‘insostenible’, el VRAC volvió a llamar a su puerta: “el presidente del VRAC me vuelve a hacer la oferta de venir a trabajar aquí y bueno… acepté. Era un desafío, era una cuestión muy compleja para mi porque mi familia está toda en la Argentina.  Mis hijas, mi pareja… y estoy acá desde el 2016 así, viviendo solo, viajando una o dos veces por año a Argentina, ellas que vienen cuando pueden… entonces bueno, desde lo familiar es complejo, desde lo laboral y desde lo humano, estoy feliz de haber elegido lo que elegí”. Un lustro en el VRAC que describe como “cinco temporadas muy lindas al margen de la cuestión deportiva. Desde la cuestión humana hicimos un buen trabajo con los entrenadores, hicimos un buen trabajo con los jugadores de la cantera, y bueno… Como todo proceso, llega un momento que también genera un desgaste, ¿no? Ese desgaste llegó un poco de la mano de la pandemia. Es difícil de explicarlo pero yo ya en marzo de este año había tomado la decisión de que no seguía en el VRAC, lo había hablado con Diego Merino que es el entrenador, que es el gran hacedor de las victorias del VRAC”. 

Mario Barandiarán // Foto: Anuar Gómez.

“Uni no pretende ser un gigante con pies de barro”

Poniendo punto y final a su fructífero periplo en el cuadro vallisoletano, Mario tomó la firme decisión de volver a Argentina. Sin embargo, el Universitario Bilbao se cruzó en su camino: “cuando recibí la llamada del Uni Bilbao, me junté con ellos y al poco tiempo entre ambos acordamos mi llegada aquí. Justamente ayer después del entreno nos fuimos a tomar unas cervezas con el resto de entrenadores y justo salió la directiva que había tenido reunión, se sentaron con nosotros y tuve la oportunidad de decirle al presidente del Uni de lo feliz que estoy acá, de lo contento que estoy porque el proyecto del Uni me fascina y me gusta mucho. Me gusta mucho la calidad humana de los jugadores, la calidad humana de los directivos, el proyecto del club como entidad… estoy muy contento de haber elegido venir aquí al Universitario”.

Con un renombre intachable en el mundo del rugby, Mario recalca desde la humildad que le caracteriza que “el currículum son solo líneas escritas en un papel, nada más. Estuve en el lugar adecuado, en el momento adecuado… no pasa por otro lado”. Y es que el preparador argentino dejó un club puntero en el rugby español para tratar de aportar desde su experiencia a la escuadra vizcaína, militante en la División de Honor ‘B’. “El proyecto del Uni fue lo que más me atrajo. Uni no pretende ser un gigante con piés de barro, y eso a mi me encanta. El otro día me preguntaron a ver cómo íbamos a hacer con los fichajes y yo les dije que de entrada no íbamos a fichar a nadie, nadie sabe si dentro de un mes, a lo mejor, tenemos que fichar a un jugador. A día de hoy hay 60 jugadores entrenando, entonces es como una falta de respeto para ese jugador que nosotros estemos pensando que vamos a fichar. Quizás en algún momento podamos pensarlo porque digamos ‘bueno, a lo mejor si queremos mantener la categoría y tenemos alguna deficiencia en algún puesto…’ pero hoy por hoy no se me ocurre”. La idea de trabajar con el rugby base, y el tratar de fomentar el crecimiento del deporte en la provincia vasca es algo esencial para Mario: “me gusta que estén preocupados por la cantera, me gusta que estén preocupados por que el rugby se conozca en Bilbao, más allá del Athletic de Bilbao. Eso me gusta muchísimo. Hasta ahora, que yo hace dos meses que estoy, hacen realidad las palabras, porque en muchos lados se habla de esto, pero luego perdés dos partidos y se junta la directiva y dicen: “por qué perdimos los partidos”. Entonces decís “epa, ¿dónde está lo que dijeron de la importancia de la cantera?”. Eso pasa en muchos clubes, pasa en muchos deportes… pero bueno, yo estoy muy contento de estar aquí”. 

Explicando la recurrencia con la que la gente se sorprende por su llegada al Uni Bilbao, Barandiarán recalca que: “influyeron muchas circunstancias, muchas. La primera era que la situación con el VRAC ya estaba terminada, y la segunda que fueron los que se interesaron por mí, que no fueron los únicos, pero de los que se interesaron porque yo pudiera estar acá, me gustaba el proyecto. Y tercero, que también es importante, está la historia de venir a una ciudad como Bilbao, que es linda, el País Vasco que también es parte de mis orígenes… entonces bueno, es como que se conjugaron un montón de factores. Pero esencialmente fue por el proyecto que me plantearon desde el Uni. Apostar por la formación y apostar por la casa, pero como un hecho no como un discurso. Veremos hasta donde podemos cumplirlo”.

Con el claro objetivo de cuidar la cantera y de tratar de impulsar el crecimiento del deporte, el técnico argentino entiende que “el hecho de que un club tenga más o menos unas 400 fichas es importante. Ver la cantera que tiene el Bilbao… si vos vas el viernes a la tarde que están entrenando un montón de categorías, vas a ver la cantidad de gente que está en el proyecto. La cantidad de monitores, la cantidad de delegados… es un club que tiene una energía muy particular, que apuesta mucho a eso, al desarrollo de la cantera. Entonces eso a mi me gusta y creo que estoy en una etapa de mi vida en donde en algunas cuestiones de ese tipo puedo aportar”. Y comenta que “entrenar al primer equipo es fascinante porque me encontré con un grupo de jugadores que tienen un entusiasmo, que tienen una ganas que a veces hasta me da miedo porque tienen unas expectativas que a lo mejor sobrepasan lo que vamos a poder hacer. Creo que hasta ahora estamos manejándonos relativamente bien y encontré un grupo de compañeros de trabajo, un grupo de entrenadores que están haciéndolo conmigo, que yo no los conocía personalmente y nos estamos llevando de maravilla”. Y es que el trabajo de Mario trasciende del primer equipo: “me junto con las distintas categorías del club, con el femenino, estar ahí porque tienen un entrenador que es muy bueno… y dejar algo que es lo que yo de dije a la directiva: ‘mi proyecto de vida no es quedarme a vivir aquí. Mi proyecto de vida es volver a Argentina a estar con mi familia, que en definitiva extraño mucho eso’. Pero digo ‘bueno, si yo estoy un año, dos años o tres años, que cuando me marche al menos haya quedado algo. Poquito, o mucho, pero algo’. Decir ‘bueno, esto es lo que planteamos en su momento en el trabajo de conjunto con Mario’. Que tampoco soy yo solo eh, pensar que un club de rugby o que un equipo de rugby lo puede manejar una sola persona es un disparate”. A lo que añade: “no creo en los personalismos. Es así de simple. Creo en el trabajo de equipo. El equipo está bueno, que un chaval vea jugar a su equipo en lo más alto es importante. No lo voy a negar. No minimizo que el primer equipo tenga éxito deportivo, pero yo creo que el éxito deportivo es una causalidad: a causa de un trabajo serio, responsable y a largo plazo”. Y el técnico sentencia: “podríamos decir que mañana mismo vamos al ayuntamiento de Bilbao a decir que queremos poner al rugby de Bilbao en la primera plana. Contratamos a 5, 6 o 7 jugadores, ascendemos a División de Honor y después si abajo no tenés nada… es pan para hoy y hambre para mañana. Por suerte el Uni tiene bien claro que eso no lo quiere”.

Con la llegada de Mario Barandiarán al Universitario Bilbao, el rugby argentino, la idiosincrasia del deporte en el país natal del preparador, y el ‘modus operandi’ que tanto ha ayudado al crecimiento del rugby en Argentina estará a la orden del día. “Nosotros traemos aquí nuestra vivencia de los clubes. Nuestra vivencia de los clubes en Argentina es muy fuerte. El rugby es absolutamente amateur, entonces toda la formación, todo lo que hacemos nosotros es para tener un gran equipo de primera por llamarlo de alguna manera, pero con jugadores de la casa. En Argentina no existen los fichajes. Es muy raro que un jugador se cambie de un club a otro, puede ser por cuestiones geográficas o a veces por cambio de trabajo” apunta Mario.

Anuar Gómez.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: